La negociación del acuerdo de la COP28 ha sido muy polémica por permitir el uso del gas, petróleo y carbón, a pesar de la oposición de la Unión Europea y la ONU


El acuerdo recoge el objetivo de triplicar la capacidad de las energías renovables y duplicar el ritmo de eficiencia energética de aquí a 2030

La  28 Conferencia de las Partes de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP28) se ha clausurado con gran polémica, tal y como se inició. El acuerdo final de los 200 países participantes recoge solo el compromiso de abandonar el consumo y la producción de combustibles fósiles, no la eliminación total como se proponía. 

Si bien es la primera vez en la historia de las cumbres del clima que el texto hace referencia a estos combustibles, por lo que la organización señala que es el "inicio de una nueva era", al reflejar una transición hacia su abandono ("transitioning away").

Con la aprobación de este documento continua la vía libre para seguir usando el petróleo, el gas y el carbón, con el apoyo de países como China, Arabia Saudí, Irak y Rusia. Por su parte, la UE y la propia ONU rechazan que no se determine un camino para su eliminación para esta década.

El acuerdo final hace una llamada a la transición "equitativa y ordenada" con el objetivo de "tomar acciones en esta década crítica y conseguir el cero neto en el 2050". Esta mención al horizonte 2050 era una reivindicación de la UE junto con la Alianza de Pequeños de Estados - Isla que finalmente ha sido rubicada.

Entre otras personalidades, António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, ha lanzado un mensaje previo al acuerdo dirigido a los representantes gubernamentales: "Debemos concluir la conferencia con un resultado ambicioso que demuestre una acción decisiva y un plan fiable para mantener vivo el objetivo de 1,5 grados de aumento de las temperaturas para fin de siglo, protegiendo a quienes están en primera línea de la crisis climática". Pero finalmente el acuerdo no ha sido tan ambicioso.

Duplicar la eficiencia energética 

Finalmente en el documento si se incluye el objetivo de triplicar la capacidad de las energías renovables y duplicar el ritmo de eficiencia energética de aquí a 2030.

Por otra parte, el nuevo texto reconoce la necesidad de adaptar la transición "a las necesidades diferentes de cada país" y una mención explícita a "acelerar la reducción de emisiones derivadas del transporte por carretera".

La propuesta de acuerdo hace también una llamada a la eliminación de la producción de carbón sin sistemas de captura de CO2

COP28, balance mundial

La cumbre climática más importante del año se ha celebrado en Expo City Dubái entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre y ha centrado su atención en cuatro cuestiones de máxima relevancia para el futuro del planeta: la reiteración y la revisión de los Acuerdos de París (alcanzados en la COP de 2015), el objetivo de 1,5ºC, el fin de los combustibles fósiles y el pico de emisiones mundiales de CO2 establecido para 2025.

El impulso de la eficiencia energética y la rápida expansión de las energías renovables han sido propuestas como las mejores herramientas para reducir las emisiones y el consumo de energía.

Tras la histórica COP de París, la COP de Dubái ha sido la primera ocasión en la que una cumbre de la ONU sobre el clima evalúa los avances hacia la consecución de los objetivos acordados en 2015. El Balance mundial aún se está llevando a cabo y podría preparar el camino para los planes nacionales de acción climática, o las contribuciones determinadas a nivel nacional que los países deben presentar en 2025.

La energía está firmemente ligada a todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. La transformación de los sistemas energéticos del mundo creará nuevos empleos, mejorará las vidas y los medios de subsistencia y empoderará a las personas, las comunidades y las sociedades, según se expuso al inicio de la COP28.