La tecnología de sensores de presencia está revolucionando la eficiencia energética y el consumo de agua en instalaciones deportivas
En los gimnasios, el uso de detectores de presencia en zonas como baños y duchas no solo permite un control más inteligente de la iluminación, sino también del agua, logrando ahorros significativos tanto en recursos como en costes. Un gimnasio mediano, con alrededor de 300 usuarios diarios, puede llegar a consumir unos 18.000 litros de agua al día.
Con la implementación de sensores que interrumpen el flujo de agua cuando no hay presencia, se estima un ahorro del 20% al 30%, lo que equivale a entre 3.600 y 5.400 litros diarios. Esto puede traducirse en un ahorro económico anual de entre 2.500 y casi 4.000 euros y un retorno de inversión (ROI) en menos de un año.
Sensor de presencia
En este sentido, el sensor de presencia PD3N-2C-FT de B.E.G. Luxomat, capaz de detectar movimientos mínimos, permite cerrar automáticamente las duchas si no se detecta movimiento y evitar el desperdicio de agua en caso de olvidos o uso ineficiente. El tiempo de uso se reduce al activarse el suministro solo cuando es necesario y permite identificar las horas valle, lo que ayuda a optimizar servicios como la limpieza, climatización o ventilación.
El PD3N-2C-FT está diseñado para ser instalado en el techo, de forma rápida y segura y, su versatilidad lo hace adecuado para diversas aplicaciones. En términos de sostenibilidad, cumple con los requisitos de certificaciones ambientales como LEED o BREEAM que valoran positivamente los sistemas capaces de facilitar una gestión eficiente y sostenible del agua. Estos estándares certifican sistemas capaces de detectar fugas e identificar consumos anómalos al tiempo que alertan automáticamente al personal responsable. Valoran la incorporación de tecnologías que interrumpen automáticamente el suministro de agua cuando no se detecta presencia, y tienen en cuenta funcionalidades que permiten una monitorización del consumo.
El sensor PD3N-2C-FT actúa como un elemento de control automático que al detectar movimiento habilita o interrumpe el paso de corriente hacia dos circuitos distintos: uno destinado al alumbrado y otro al accionamiento de la electroválvula del agua. Ambos pueden configurarse con tiempos de apagado independientes lo que permite que, por ejemplo, la iluminación se mantenga encendida por un periodo más prolongado que el flujo del agua.
Aunque el Código Técnico de la Edificación (CTE) no exige detectores de movimiento para el control de agua, sí los considera obligatorios para la iluminación en zonas de uso esporádico como baños, vestuarios, zonas de ducha, etc. La implementación de esta tecnología para el control del agua representa una buena práctica que potencia la eficiencia energética y el compromiso ambiental de las instalaciones.