El Parlamento Europeo ha aprobado oficialmente la Directiva revisada sobre la eficiencia energética en los edificios, marcando un paso significativo hacia la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la mitigación de la pobreza energética en la Unión Europea.
Esta medida incluye la implementación de nuevas normativas destinadas a mejorar el rendimiento energético de los edificios, el objetivo de lograr edificaciones con emisiones nulas para el año 2050, la progresiva eliminación del uso de combustibles fósiles en este sector, así como programas de rehabilitación energética gradual y la promoción del despliegue de energía solar y la adopción de sistemas de movilidad sostenible.
El Parlamento Europeo aprobó este viernes, 12 de abril, la Revisión de la Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios, que entrará en vigor en las próximas semanas, una vez se publique en el Diario Oficial de la Unión Europea. A partir de entonces, los Estados miembros tendrán que transponerla a su legislación nacional.
La versión actualizada de la Directiva será oficialmente publicada en el Diario Oficial de la Unión Europea y entrará en vigor en las próximas semanas. Los Estados miembros tendrán un plazo de dos años para integrar las disposiciones de la Directiva en su legislación nacional. Además, la Comisión Europea llevará a cabo una revisión de la Directiva antes de 2028, considerando la experiencia acumulada y los avances realizados durante su implementación.
En marzo de 2024, el Parlamento Europeo aprobó la revisión de la Directiva sobre eficiencia energética de los edificios con el objetivo de reducir al máximo las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de energía en el sector de la construcción de la UE para 2030, con la meta de alcanzar la neutralidad climática para 2050.
Nuevas normas para mejorar el rendimiento energético de edificios
La Directiva revisada presenta metas ambiciosas para reducir el consumo energético en los edificios en toda la Unión Europea, considerando las particularidades de cada país. De acuerdo con estas nuevas disposiciones, para el año 2030 se espera que todos los nuevos edificios sean de emisiones cero, y para 2050 se proyecta que el conjunto de edificaciones en la UE alcance este estándar.
En el caso de los edificios no residenciales, la Directiva revisada establece estándares mínimos de eficiencia energética para asegurar que no superen una cantidad máxima de energía primaria o final por metro cuadrado anualmente. Según estas nuevas reglas, para 2030 se espera que al menos el 16% de estos edificios estén por encima del límite de rendimiento más bajo, y para 2033, al menos el 26%. Sin embargo, los Estados miembros tienen la opción de eximir ciertos edificios, como los históricos, los religiosos o los pertenecientes a las fuerzas armadas.
Además, los Estados miembros se comprometen a reducir en un 16% el consumo medio de energía primaria de los edificios residenciales para 2030 y entre un 20% y un 22% para 2035. La mayor parte de esta reducción se espera lograr mediante la renovación del 43% de las áreas con peor rendimiento. Se implementarán medidas de apoyo técnico y financiero, priorizando los hogares en situación de pobreza energética.
Para descarbonizar el sector de la construcción, los planes nacionales de renovación de edificios incluirán una estrategia para eliminar gradualmente las calderas de combustibles fósiles para el año 2040.
Estas nuevas regulaciones también garantizarán la instalación adecuada de sistemas de energía solar en nuevos edificios, así como en edificaciones públicas y edificios no residenciales que estén en proceso de rehabilitación y requieran permisos. Además, se promoverá la infraestructura para la movilidad sostenible, incluyendo puntos de recarga para vehículos eléctricos, conductos precableados para futuras instalaciones y estacionamientos para bicicletas.
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